No quiero nada más a medias contigo

Hola.

Espero que aun me recuerdes, porque yo no me he olvidado de de ti. Pasamos mucho tiempo juntos e hicimos grandes cosas. Tal vez tuvimos un proyecto en común o tal vez solo nos tocó trabajar haciendo eso que nos gustaba tanto a ambos por pura casualidad. Tal vez fuimos los mejores amigos o tal vez fumos mucho más que eso.  Sinceramente, en este momento da igual lo que hayamos sido.

Pensé que cuando empezamos lo que hayamos empezado juntos, estábamos igualmente involucrados. Pero las igualdades no existen en ningún lugar. Me esforcé por encajar en tus tiempos, en tus planes, en los pequeños espacios que me dejaste después de hacer todas tus demás actividades. Y esperé a que tu también hicieras lo mismo conmigo. Pero no lo hiciste.

Durante toda mi vida he buscado distintos lugares a los cuales pertenecer. Lugares que me hicieran sentir seguro y acompañado. Y encontré mucho de eso a tu lado. Pero por algún motivo, dejaste de luchar por construir las cosas. Debe ser la naturaleza humana, esa que nos hace dejar de esforzarnos cuando obtenemos lo que queremos, ¿para que gastar energía de más?

Se que a primera vista, parece que no tengo mucho que ofrecer, pero te diste el tiempo de conocerme un poco y creo que te sentiste conforme con lo que era capaz de hacer. Y más que eso, viste que yo no pedía mucho a cambio, entonces te pareció un muy buen negocio el aprovecharte de mi y de lo que yo era capaz de ofrecer.

Me conformé con las cosas que hacíamos a medias, porque no fuimos lo suficientemente buenos para hacer algo por completo. Sin embargo en este "a medias" no fuiste capaz de poner ni la mitad. Porque eres egoísta, cobarde o tal vez solo tenías miedo de fracasar en todo lo demás.

Te enfrenté.

Te enfrenté para que reaccionaras, más de una vez. Pero consideraste mis enfrentamientos como algo aislado. Un berrinche. Los berrinches se hacen en público, yo te enfrenté a la cara y entre cuatro paredes. Tu solo pudiste quedarte en silencio y reconocer que lo que yo decía era cierto.

Escuché atentamente tus promesas, una y otra vez. Esas donde me decías que las cosas iban a cambiar. Que me ibas a ayudar y apoyar en esto que se supone que estábamos haciendo juntos. Pero con tus promesas vacías te encargaste de hacer que tu palabra valiera cada vez menos hasta que llegó el día en que ya no valió nada.

No me gusta cortar los lazos con las personas, me habría gustado haber podido contar contigo para toda la vida incluso aunque no fuera conveniente para mi. Pero es muy probable que si pasamos por todo esto, ya no hablemos. Porque aprendí a reconocer que eras un problema. Y no necesito más problemas. Si no fuimos capaces de encontrar una solución entre los dos, entonces me toca solucionar este inconveniente sacándome de tu vida.

Se que esto será difícil para los dos, porque ambos perdimos a alguien a quien queríamos y apreciábamos mucho. Pero yo perdí menos que tú. 

Al final me di cuenta de una cosa. No merezco tan poco, lo merezco todo. Por eso es que ya no quiero nada más a medias contigo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *